I KE Ase?

Domingo, lloviendo (o nevando, porque hace un pelete que se le congelan a una hasta los moquitos higadillos), tercer día oficial en el país y casa nueva. Ésta es la fórmula oficial para pasar un maravilloso día de estrés y compras en el IKEA de turno.

Todo comenzó a las 10 de la mañana, cuando dejamos el hotel (hasta mañana no nos instalaremos en la casa nueva) para dirigirnos a Wembley (donde además de un estadio super-molongui según Peibol también está el IKEA más cercano a Maidenhead). Teníamos que darnos prisilla, ya que al ser domingo, la meca de los muebles-baratos-y-las-albóndigas-retiradas-del-mercado cerraba a las 5 de la tarde. Así pues, enfilamos la autopista confiando ciegamente en el GPS, lo que una hora más tarde se reveló como un craso mistake, ya que terminamos perdidos y atascados en pleno downtown de London!! Y es que resulta que si introduces el nombre de la calle del IKEA pero no pones el nombre de la ciudad (Wembley no es Londres, desde cuándo?) terminas en pleno centro de Londres conduciendo por la izquierda, esquivando buses rojos de dos plantas que te atacan y diciendo "oye Bego, estos edificios grandes que parecen de gran ciudad no serán edificios de Londres no?". "Naaa, en Wembley es que lo hacen todo así a lo grande".

En fin, el resultado fue que el paseo de 40 minutos al IKEA se convirtió en unas 2 horas de trayecto urbano con atascos y tasis elegantes atacándome por todos los lados (se notan en la foto anterior mis ganas de matar?). Lo bueno es que nos sirvió para hacer un poco de turismo obligado (primera toma de contacto de Peibol con Harrods y Hyde Park) y lo malo es que no nos han quedado ganas de volver, al menos en coche, a la gran city.

Por cierto, otra cosa buena de este corto-pero-intenso periplo londinense fue que descubrimos que existe el Centro Galego de Londres. Casualidad verdad? Me lo anoto para futuras visitas.

En cuanto al IKEA en sí, poco os cuento que no os imaginéis. Tras varias horas de paseo y selección de maderas, texturas y colores (que no sé yo pa qué tanto elegir, si al final siempre te quedas con lo más barato) nos hicimos con una serie de bultos bastante relevante, que en un primer momento temimos no poder meter en el C4 de alquiler con el que nos estamos moviendo.

Pero nada, todo miedito. Tras organizar mentalmente el espacio degustando unos perritos calientes del IKEA (que no albóndigas) conseguimos embutir al chou colocar ordenadamente todo en el maletero y llegar sanos y salvos a Maidenhead (por si queda alguna duda, la vuelta la hicimos directos, por autopista, sin innovation ninguna).

Los siguientes steps son hacer mañana la mudanza definitiva e ir montando cosas (a dos manos y martillo mediante) a lo largo de la semana, para así convertir poco a poco la casa nueva en una home! Os lo iré contando.